lunes, 12 de julio de 2010
Al que quiera celeste que le cueste...
Esta frase se utiliza normalmente para definir la complejidad que deberá abordar quien ostente algo valioso. También para los que buscan objetos particulares o rebuscados. Pero en concreto su explicación remite a una piedra preciosa llamada lapislázuli que se obtiene de algunos pocos lugares de oriente. Por su difícil extracción se comparó su valor con el del oro.
Las obras de arte de la época encargadas por los reyes eran financiadas con un presupuesto previo. Así, había que incluír cuánto oro y cuánto lapislázuli se iba a utilizar. Se dice que al mezclar el oro, la piedra y el blanco quedaba de un hermoso celeste que fue usado para la frase que, no por casualidad, encima tiene rima.
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